El “cuerpo” es un gran olvidado en personas que sufren una enfermedad mental, pues todos los tratamientos van dirigidos a la “cabeza”, y desgraciadamente muchos fármacos tienen efectos secundarios que perjudican al físico: aumento o disminución acusada de peso, rigidez motora, posición corpórea alterada, dificultades en la coordinación... Tener un entrenador personal permite conocer individualmente las particularidades de cada uno de ellos e intervenir, corregir y compensar todas aquellas alteraciones físicas como consecuencia de la enfermedad mental y de su tratamiento.
En el Hospital de Día se les propuso a todos lo pacientes que pensaran qué era lo que les gustaría pedir a WHY NOT?. Entre todas las propuestas, la más votada fue un ENTRENADOR PERSONAL, que actualmente asiste al centro una vez al mes, dejando ejercicios preparados para que realicen ellos durante las semanas.
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